Viajar a Berlín fue una de esas experiencias que se quedan en la memoria. Esta ciudad no solo está llena de historia, arte y diversidad, sino que también tiene una energía única que hace que explores por cada rincón. En cada esquina, puedes encontrar algo nuevo: desde murales que cuentan la historia del Muro de Berlín hasta cafeterías con una atmósfera acogedora, perfectas para descansar después de un día de exploración.
Berlín tiene una increíble mezcla de lo antiguo y lo moderno, donde cada barrio tiene su propio estilo y esencia. La ciudad tiene algo que va más allá de lo visible, se siente en el aire, en sus sonidos, en la gente. En este artículo te comparto qué hacer en Berlín en 3 días, todo mi itinerario, incluyendo una salida hacia Potsdam y una visita muy significativa a Oranienburg, donde se encuentra el campo de concentración de Sachsenhausen.
El recorrido te llevará desde los monumentos más emblemáticos, como la Puerta de Brandeburgo y la Isla de los Museos, hasta los rincones más tranquilos, como el Tiergarten. Además, conocerás la historia del Berlín dividido y cómo esa herida sigue presente en la ciudad de maneras sutiles. Si estás planeando tu viaje a la capital alemana, aquí encontrarás una guía completa para aprovechar al máximo tu tiempo. Sin duda, Berlín es una ciudad que te invita a descubrirla poco a poco, sin prisas, porque siempre habrá algo nuevo que explorar.
Día 1: Berlín – Descubriendo la ciudad
Mi primer día en Berlín comenzó bien temprano. Después de dejar las maletas en el Airbnb, empecé a caminar por la ciudad. Mi primera parada fue la Puerta de Brandeburgo, uno de los símbolos más icónicos de Berlín y de toda Alemania. Verla en persona es impresionante. Estaba rodeada de turistas. Desde allí, caminé hacia el Memorial del Holocausto, un espacio que impacta por su simbolismo. Lo recorrí mientras reflexionaba sobre el pasado.
Luego seguí hacia el Reichstag, el Parlamento Alemán. Si tienes tiempo, te recomiendo reservar con anticipación para subir a la cúpula de vidrio, desde donde hay una vista panorámica de la ciudad.
Caminando por la ciudad fui descubriendo algunos de sus contrastes: modernos edificios junto a construcciones antiguas, restos del pasado mezclados con arte urbano y una fuerte presencia de historia en cada esquina.
Después, fui hacia la Isla de los Museos. Allí visité el Museo de Pérgamo, donde me sorprendieron la Puerta de Ishtar y el Altar de Pérgamo. Para los que les gusta el arte y la historia, este lugar es genial.
La tarde la dediqué a caminar por la ribera del Spree y ver el famoso Muro de Berlín en la East Side Gallery, un tramo del muro transformado en galería de arte al aire libre. Cada mural cuenta una historia, y es muy simbólico.
Terminé el día con una cena en Kreuzberg, un barrio alternativo lleno de restaurantes con comida de todo el mundo. La diversidad cultural de Berlín se siente especialmente aquí.
Día 2: Conociendo Potsdam
El segundo día decidí salir de Berlín para conocer una ciudad cercana que había escuchado recomendar varias veces: Potsdam. Tomé el tren desde la estación Hauptbahnhof, y en menos de 40 minutos ya estaba allí.
Potsdam es un pueblo al estilo alemán. Mi recorrido comenzó en el impresionante Palacio de Sanssouci, la antigua residencia de verano del rey Federico el Grande. El edificio es increíble, pero lo que más me gustó fueron los jardines. Son enormes, bien cuidados y perfectos para pasear con calma.
Luego visité el Babelsberg Park, otro sitio que me encantó. Está al lado del río Havel y ofrece vistas hermosas. También pasé por el Puente Glienicke, conocido como el “puente de los espías”, que conectaba Berlín Occidental con Potsdam durante la Guerra Fría. Me impresionó la cantidad de historia que encierra un lugar.
Después de almorzar en un pequeño café en el centro histórico, me dediqué a recorrer el Barrio Holandés, con sus casas de ladrillo rojo y sus tiendas encantadoras. Es un lugar ideal para comprar algún recuerdo o simplemente sentarse a tomar un café y disfrutar del ambiente.
Regresé a Berlín al atardecer, con la sensación de haber descubierto un rincón diferente y muy especial de Alemania. Si tienes tiempo, Potsdam es una excursión que no te puedes perder.
Día 3: Oranienburg : Visita histórica
El tercer día fue el más fuerte emocionalmente. Tomé un tren hacia Oranienburg, una ciudad a unos 40 minutos de Berlín, donde se encuentra el Campo de concentración de Sachsenhausen. Esta fue una de las experiencias más impactantes de todo mi viaje.
No sabía muy bien qué esperar. Había leído mucho, pero estar ahí en persona es otra cosa. El silencio del lugar, los edificios, los muros… todo te envuelve en una atmósfera de respeto y tristeza. El recorrido está muy bien señalizado y hay visitas guiadas, pero yo opté por hacerlo a mi ritmo.
A mitad del recorrido, sentí que no podía seguir. Empecé a sentir dolor por todo mi cuerpo, fue una sensación muy extraña, así que solo hice la mitad del recorrido.
Volví a Berlín, pensando en todo lo que había visto y sentido.
Y lo mejor de todo es que, incluso con solo tres días, puedes conectar con lo mejor de Berlín y sus alrededores.
Espero que este itinerario te ayude a organizar tu viaje y que disfrutes cada momento.
Consejos para tu viaje a Berlín:
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Transporte público: Berlín tiene un sistema de transporte excelente. Te recomiendo comprar un pase diario o de varios días para usar metro, tranvía y buses sin complicaciones.
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Reserva entradas con antelación: Lugares como el Reichstag o el Museo de Pérgamo suelen llenarse rápido.
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Alojamiento céntrico: Hospedarte cerca de Alexanderplatz o Mitte te facilitará moverte por la ciudad.
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Ropa cómoda: Vas a caminar mucho, así que no olvides un buen par de zapatos.
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Apps útiles: Descarga la app BVG para consultar horarios de transporte y Google Translate para ayudarte con el idioma.
Berlín es una ciudad que es increíble. Tiene historia, cultura, arte, rincones alternativos, y una energía que atrapa. Cada barrio tiene su propio carácter, desde las calles vibrantes de Kreuzberg hasta la elegancia de Mitte, pasando por la calma de Charlottenburg. Con este itinerario de 3 días, podrás ver lo mejor de la ciudad y también explorar lugares cercanos que te mostrarán distintas caras de Alemania. La ciudad está llena de contrastes, con edificios modernos que se mezclan con historia de su pasado, y el arte callejero, conviviendo con museos de renombre internacional. En estos tres días, no solo verás monumentos icónicos como la Puerta de Brandeburgo o el Muro de Berlín, sino que también te adentrarás en el alma de la ciudad, visitando lugares menos turísticos pero igual de fascinantes, como la Isla de los Museos o los famosos mercados de pulgas. No puedes dejar de probar la comida local, como el currywurst o los famosos pretzels, en algún puesto callejero, mientras te sumerges en la vida cotidiana de la ciudad.
Espero que mi experiencia te ayude a planificar tu viaje, y si tienes alguna duda o necesitas más recomendaciones, no dudes en contactarme. Viajar es una aventura única, y Berlín es sin duda un destino que te dejará recuerdos inolvidables.
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